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Hace poco más de un año comencé un proyecto para entusiasmar a los
santiaguinos con su ciudad. Me dolía escuchar reiteradamente la palabra
“Santiasco”, no entendía por qué los habitantes de esta espectacular
ciudad eran tan injustos con su propio lugar y decidí hacer algo al respecto.
Así nació @Santiagoadicto, una comunidad donde las personas pudieran
expresar su amor por la capital de Chile a través de fotos, datos, noticias,
discusión e ideas. Hecho el diagnóstico y creado el instrumento, faltaba un
hecho que ayudara a potenciar la tesis.
Y, entonces, llegó Hecho en Casa. Era la guinda de la torta, la hermosa
pirotecnia que iluminaba eso que muchos pensábamos y sentíamos acerca
de Santiago. Fue el evento más importante del 2012, un tremendo festival
de amor urbano, un espacio para descontextualizar y volver a mirar la
ciudad. Durante muchos días pasaban muchas cosas en muchos lados:
era el Lollapallooza de los citadinos, la calle convertida en arena del rock y
los interventores transformados en rock stars. Unos instalaban mosaicos
en plena Alameda, otros pintaban murales en el GAM, un robot de cartón
sorprendía en el Puente Pío Nono, el genio peruano Elliot Tupac dibujaba en
el río, la grúa montaba una flecha sobre la Plaza Italia y los transeúntes se
volvían a encariñar con el corazón de Santiago.
Confieso que hasta tuve que dar elaboradas explicaciones en mi casa para
poder justificar eso de ir a las doce de la noche al GAM “para ver cómo
está quedando el mural del Mono González”. Porque Hecho en Casa no se
detenía. Era un trabajo en proceso, un festival de intervención urbana que
se armaba con paciencia, amor y mucho esfuerzo; un organismo vivo tal
como la urbe que lo acogía. Y era abierto, gratuito, transversal, generoso,
llamativo: un regalo extraordinario para Santiago que debe repetirse año
a año, con apoyo del Estado y de los privados. Y hasta del Ministerio
de Salud, porque reencantarte con tu ciudad aumenta la felicidad y eso
disminuye las enfermedades. Los diez días de Hecho en Casa dejaron la
vara alta. Estuvimos más en la calle que en otros noviembres. Aprendimos.
Gozamos. Jugamos. Nos sorprendimos. Y heredamos varias de las obras de
esos artistas chilenos e internacionales que intervinieron la ciudad.
Rodrigo Guendelman
en ocasión del primer Festival Hecho en Casa, 2012
Fundador del proyecto @Santiagoadicto
HECHO EN CASA. Y MUY BIEN HECHO
Festival Hecho en Casa. Un poco de historia